Las Tabasqueñas en la Unimayab

La primera publicación de esta serie de crónicas motivó que al correo de la página hayan llegado más datos relacionados con los autos usados por nuestra generación. Agradezco a mis amigos y amigas que nos han hecho llegar nuevas anécdotas que servirán para ilustrar esta parte. No omito decir que si hubiera alguna inexactitud en los datos, con mucho gusto pueden ser corregidos. A continuación una breve crónica dedicada a todos mis amigos y amigas de Tabasco, con los créditos del maestro fotógrafo tabasqueño Eduardo Avila Guzmán:

La historia de las tabasqueñas en la Universidad no puede ser contada sin enmarcarla en un contexto social muy notable durante sus primeros años: Cuando a la Universidad llegó una bola de tabasqueñas, la historia de esa casa de estudios cambió: Consideradas por un sector social de la fresada como un grupo de mujeres rijoso, subversivo y vuelanovios, las tabasqueñas eran vistas con horror por su presunta impudicia, por su natural tendencia a la fiesta inmediata, ya que según el chisme de la sociedad eran "...amantes del ruido y el ritmo, confianzudas, léperas, extremas y misteriosamente coquetas..." Al ver los cuerpos curvilíneos, los ojos verdes y cabellos rubios que inundaban los pasillos de la Mayab, las muchachas de la socialité yucateca prohibían a sus novios y prospectos juntarse o platicar bajo cualquier motivo con una muchacha allende las tierras peninsulares toda vez que podrían caer bajo los embrujos y modales de las bellas de tierra caliente, modales prohibidos en la estricta y conservadora sociedad yucateca de principios de los ochentas.
La presencia de las tabasqueñas en la Unimayab causó numerosos problemas de integración a las autoridades educativas no por algún asunto académico sino por un conjunto de leyendas urbanas que se tejían su alrededor....perfumes, pócimas, encantamientos y otras extrañas costumbres de la campiña tabasqueña eran el tema de las ex alumnas del Mérida y Teresiano que veían en este clan ojiverde una amenaza que podría destruír los planes de su carrera Mientras Me Caso.
Y es que cualquier alumno que nunca haya estudiado fuera de Yucatán puede comprender una manera de ser tan propia como auténtica: La amistad entre las tabasqueñas formó un sólido bloque que empezó a escribir su propia historia a partir de la segregación social de la que fueron víctimas.
Si la fiesta no viene a nosotros, nosotros traemos la fiesta.
Fue así como en 1988 0 1898, al calor de la exclusión social se formó la Asociación de Estudiantes Tabasqueños, cuya hermandad sagrada culminó con la instauración del Día del Estudiante Tabasqueño al interior de la Mayab.
Para el mundo provinciano que rodeaba a la socialité meridana se trataba de una manera de demostrar que los tabasqueños también tenían un grupo de élite, al amparo de las influencias de Ricardo Rosique con el Instituto de Cultura del gobierno tabasqueño.



El grupo de tabasqueñas y tabasqueños organizó, promovió y festejó la presentación de "Carmito y Los Supremos" el maestro de la cumbia que se codeaba en el mundo artístico con Chicho Ché y la Crisis. Las crónicas cuentan que la fiesta fue todo un acontecimiento pues además de la comida, el ballet y la presentación del grupo el evento representó la reafirmación de la identidad tabasqueña en la Unimayab que más tarde intentarían, sin éxito, los estudiantes de Quintana Roo ( hablaban cantadito como los huaches, "Soy de Cancún eh?"...) una fauna estudiantil cuyo origen se cocía aparte.
La amenaza tabasqueña


Es imposible describir la naturaleza explosiva de las tabasqueñas en un ambiente provinciano cuyos pecados salían a relucir en los pasillos de la Unversidad los lunes, luego del obligado fin de semana en La Boom de Cancún. Por ello, la cofradía de tabasqueñas eran una amenaza terrible ya que ellas podían hacer lo que se les diera la gana en tierra ajena y no necesitaban ir a Cancún para realizar las más divertidas fiestas. Lo anterior no impedía que los estudiantes yucatecos se fijaran ad infinitum en los cuerpos de "choca" que moldeaban la personalidad de las tabasqueñas:

Los pantalones ochenteros de aquella época describían el cuerpo de una mujer desde los tobillos hasta arriba de la cadera: Cuando una muchacha tenía un cintura, un tanto pasadita de la media, era obligado el uso de cinturón elástico ancho que escondía algunos defectos de la moda. Empero, las tabasqueñas se daban el lujo de usar blusas de amarre al frente, descubriendo la zona del ombligo y destacando la cintura y las caderas, el cuerpo de "choca" que ilustra muy bien la estatuilla del artista Víctor Gutiérrez.
Contrario a las etiquetas del buen vestir de las meridanas las tabasqueñas solían usar tacones, cinturones brillantes, no se empolvaban gran cosa pues sus ojos de color claro no necesitaban resaltar cuando de por sí algún yucateco era víctima de una mirada por parte de ellas mientras deambulaban de la cafetería al salón de clases. También llevaban un sinnúmero de accesorios fosforescentes y tenían un estilo distinto a la hora de fumar un cigarro. Lo que más disgustaba a las muchachas del buen decir era la manera tan directa y sencilla que las tabasqueñas tenían para decir las cosas a sus compañeros de utro y otro sexo. Se comprende pues, la manera tan sofisticada en que la poco a poco, los yucatecos iban cayendo, por embrujos inexplicables, bajo los encantos de las bellas de tierra caliente. (Verdad Oñi y Jorge Canto?)

-Era su manera de hablar, caminar, fumar, vacilar o compartir secretos,-me relata un amigo.
-A mi me gustaba la forma tan apasionada que eran ellas, una vez que caías, ya no salías,-dijo otro.

La cofradía de tabasqueñas era temible, pero eran garantía de diversión, alegría, escape y compañerismo: Iv Demonte Manzano, Beatriz Cabrera Vidal, Ishel Rivera Sastre -embajadora de Comalcalco-, Marcela Camacho Calzada, Leticia Castrillón, Dinorah Lara Irabién (prima de la Chiva); Teresa de Jesús González, Rocío Rovirosa Ruiz, Sonya Evelin Dexmainers, Techuy Pulido Salas, Claudia Mendieta Brera; Ana Catalina Alamina Argaéz -embajadora de Emiliano Zapata-; Jannet Herrera Ruiz; Silvia Melquiades, por mencionar algunas, formaron parte de este pelotón que revolucionó la diversión universitaria durante los años mozos en la Mayab.
Todos los mitos que se decían sobre ellas resultaron falsos. No había grupo más solidario, comprensivo y alegre como el de las compañeras de la tierra de las dos mentiras (Ni es Villa ni es Hermosa); y siempre estaban prestas para ayudar al necesitado. Detrás de la alegría había y hay un dejo solidario que no medía fronteras.
Por ello, es justo hacerles este reconocimiento muy limitado a quienes condimentaron con su juventud carnavalera la aburrida vida de estudiante provinciano. Lo dice alguien que en un momento fugaz, bajo el embrujo de una "choca viviente" -adivinen si está en la lista- declaró su amor a una de ellas y a final de cuentas se quedó con un Ranchito de "cara chulita"....

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Mas que excelente otra vez cornu....esta cronica no puede estar mas apegada a la realidad, con tu encantadora manera de percibir las cosas y plasmarlas. un saludo...saide.
Anónimo ha dicho que…
me gusta el tema de tabasco campeche y yucatan saludos..jose luis zúñiga..adoro esas tierras.
Anónimo ha dicho que…
me gusta el tema de tabasco campeche y yucatan saludos..jose luis zúñiga..adoro esas tierras.